Informe financiero anual de la parroquia
Ed Scott, Presidente del Consejo de Finanzas
FinanceCouncil@StPhilipMinistries.com
Al proclamar y celebrar la buena nueva del Evangelio y en el servicio a las personas, es esencial que las necesidades materiales, tales como las finanzas, membresía, planta física y el talento de los feligreses que tener en cuenta. Una parroquia bien dirigido enriquece toda la vida parroquial.
¿Por qué damos? Damos porque Dios dio primero. Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, y ser generosos nos acerca a Dios, el modelo de generosidad.
¿Por qué damos? Por un lado, damos porque queremos apoyar a nuestro hogar familiar espiritual—la iglesia—y tener los recursos de personas y cosas que debemos tener para cumplir nuestra misión.
¿Por qué damos? En última instancia, damos para apoyar el Reino de Dios. Llamamos a la gente al Reino, adoramos juntos, jugamos juntos y servimos juntos. Damos generosamente porque otros no pueden dar con sus escasos recursos financieros. Damos porque otros no tienen absolutamente ningún recurso propio. Por eso ayudamos a nuestros amigos y niños en Haití y la India. Damos para ayudar a brindar atención médica y de salud mental a quienes no pueden pagarla. Damos para alimentar a los hambrientos y dar refugio a los sin hogar.
Damos porque Jesús nos pidió que demos.
Si consideramos nuestro dar como un acto únicamente financiero, como algo que contabilizamos en nuestro presupuesto familiar, entonces no descubrimos la alegría que el dar generoso crea para nosotros. Dar es ante todo un acto espiritual. Es un acto tangible de fe. Es un acto de alabanza a Dios y por todo lo que Dios ha hecho por nosotros. Es una participación en el amor sacrificial de Cristo. Ver el dar como un acto espiritual nos conecta cada vez más con Cristo en la Eucaristía.
En cada Misa, después de que nuestras ofrendas son colocadas en el altar representado por el pan y el vino, le pedimos a Dios que acepte nuestras ofrendas de sacrificio mientras el sacerdote ora: "Que mi sacrificio y el tuyo sean aceptables a Dios, nuestro Padre todopoderoso". Dar con motivación espiritual hace que nuestro dar sea aceptable.